Alejandro ahora tiene trece meses y lleva unas semanas pasando de nuevo por otra etapa de lloros y “mamitis” como a veces le llamamos y justo cuando ya se le había pasado la angustia del octavo mes… lo paso un poco mal pero he aprendido el motivo de esta angustia e intento llevarlo lo mejor posible.
Y es que estos periodos son bastante cargantes para la madre que tiene que estar todo el tiempo con su hijo y para el padre y demás familiares que a veces no comprenden por qué el bebé no quiere su compañía, por eso he decidido contaros qué es la angustia del octavo mes y las que vienen después con el fin de que todos aquellos papás que estéis pasando por un periodo semejante comprendáis lo que le está ocurriendo a vuestro pequeño/a.
Nuestro bebé ha pasado nueve meses en nuestro interior, formando parte de nosotras y siendo nosotras, de algún modo, una extensión de nuestros hijos por la cual ellos reciben oxigeno y alimento, sintiéndose totalmente protegidos y sin necesidad de preocuparse por nada más.
Cuando nace nuestro bebé y sale al mundo nosotras seguimos siendo ese abrigo y esa protección que tanto necesitan, sienten que estamos ahí siempre que nos necesitan y que no tienen que preocuparse para sobrevivir pues seguimos formando parte de él, para nuestro bebé, madre e hijo forman un solo ser, no existe separación posible y así sólo se preocuparán por desarrollarse y crecer.
Pero llega un punto en el que los niños van teniendo cada vez más capacidad para comenzar a darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor, esto suele ocurrir a los ocho meses o incluso antes dependiendo de cada bebé y es un proceso de adaptación de nuestro pequeño en el que necesitará de todo nuestro amor y comprensión.
Ocurre que nuestro bebé comienza a darse cuenta de que es un ser independiente, no forma parte de su mamá como hasta ahora había creído y eso crea en él una inseguridad terrible y un miedo enorme a perder a su mamá, al fin y al cabo sin ella todavía no sabría sobrevivir.
Notaremos a nuestro pequeño mucho más irritable que antes, llorará mucho más a menudo sin motivo aparente y sobre todo cuando nos separemos de él aunque sea unos metros o lo cojan otros miembros de la familia.
Llorar es su forma de llamar la atención de su madre, hay que tener en cuenta que nuestros antepasados bebés no se separaban ni un solo segundo de sus mamás que los llevaban en brazos a todos sitios e hicieran lo que hicieran, y si por algún motivo la madre se separaba de él corrían el riesgo de ser atacados por algún depredador y la única manera que tenían de avisar a su madre era a través del llanto.
Nuestros hijos, gracias a Dios siguen conservando esa forma de comunicarse con nosotros, sólo tenemos que saber interpretarla en cada momento. Y en este caso lo hacen por miedo, por temor a que su madre desaparezca para siempre, y lloran en un intento de que su madre vuelva a su lado. Los bebés no tienen noción del tiempo ni tampoco del espacio. Quizá sólo lo hemos dejado en su cunita durante un solo minuto mientras que íbamos al baño que está en la habitación de al lado, pero para ellos su madre se ha ido de su vista y no tienen ni idea de cuándo volverá, quizá nunca, así que mejor la llaman antes de que sea demasiado tarde.
Por eso observamos cómo, durante este periodo, no podemos soltar a nuestro pequeño, no podemos salir de la habitación sin que llore. Llorará en los brazos de cualquiera que no sea su mamá, incluso en los de su padre y nos reclamarán durante todo el día.
En muchas ocasiones las madres no conocen estos periodos de adaptación y sufren mucho cuando este momento llega, no saben qué le pasa a su bebé, no saben que hacer para que se calmen y en muchas ocasiones no pueden estar con su bebé todo el tiempo que quisieran, está la casa, la comida, el trabajo y la propia vida de la madre: ir al baño, darse un baño o una ducha, arreglarse, vestirse, estar con su pareja…cosas que se verán interrumpidas con el llanto de nuestro hijo/a y que realizarlas puede llegar a se un tremendo reto. Por eso podemos llegar a sentirnos agobiadas y al límite, pues nuestros hijos absorben todo nuestro tiempo, pero hay que comprenderlos y saber que nos necesitan para sentir que pueden seguir adelante con su desarrollo sin miedo a perdernos.
¿Y qué hacer frente a esta fase?. Pues sobre todo debemos de tener mucha paciencia pues de lo contrario se tornará insoportable.
Luego hay varios consejos para hacer que este tiempo no sea tan angustioso para los dos.
- Lo primero es intentar llevar con nosotros a nuestro bebé siempre que podamos, puede ser de gran utilidad los portabebés y fulares para llevar al bebé y tener las manos libres.
- Si tenemos que separarnos de él debemos procurar dejarlo con alguien familiar y de confianza para el pequeño como su padre o un familiar con el que tenga mucho contacto.
- Otra cosa importantísima que debemos hacer siempre es despedirnos de ellos antes de irnos. Algunas veces nos dirán eso de “vete ahora que no te mira antes de que se de cuenta”, pues bien, esto estropeará la confianza que nuestro bebé tiene en nosotros y complicará más la situación, el bebé necesita saber que estamos ahí que no desapareceremos de su vista en cuanto giren la cabeza. Debemos despedirnos de él, darle un besito y un abrazo y decirle adiós con la mano para que comprenda que os vais y debemos decirle que volveremos pronto a su lado.
- También hay juegos que pueden ayudar a nuestro pequeño a superar esta fase. Por ejemplo, el juego del cucú nos puede ayudar enormemente, pues nuestro bebé aprenderá que aunque desaparezcamos durante un momento volveremos enseguida.
- Otra táctica que puede servir es hablarle en todo momento cuando salimos de la habitación y avisarles de que vamos a salir del dormitorio o donde se encuentren ellos. No nos ven pero nos escuchan y en muchos casos el escuchar nuestra voz les calmará.
También podemos ir acostumbrándolos, pero realmente este periodo pasará naturalmente en un mes o dos y sin necesidad de hacer nada en especial, sólo ofrecerles nuestros brazos y nuestra comprensión siempre que podamos.
Cuando cumplen el año y hasta los dieciocho meses más o menos tienen otro periodo como este, con un grado de ansiedad incluso mayor.
Se hacen mayores, dejan de ser bebés y cada vez son más independientes y vuelven a sentir ese gran temor de quedarse solos. Los consejos, los mismos de antes y explicar al niño con mucha paciencia que mamá tiene separarse de vez en cuando de su lado aunque sea un momento, mamá tiene que trabajar, o hacer la comida o limpiar…pero volverá a su lado, al principio no comprenderán demasiado bien lo que le decimos y seguirán llorando cuando salimos de la habitación, por ejemplo, pero es cuestión de tiempo que se vayan acostumbrando.
Mi hijo de trece meses está pasando ahora por esta fase y he de reconocer que es duro, cuesta mucho terminar el día sin caer rendida y es bastante agotador, pero sé que no lo hace por fastidiar, simplemente me necesita cerca para estar tranquilo e intento tener paciencia. Nunca os enfadéis porque vuestro hijo os necesite en todo momento, sé que cuesta un mundo no hacerlo porque a veces nos supera pero de lo contrario los haremos sufrir y pensarán que realmente se quedarán solos en cuanto tengamos ocasión.
asi que era eso.... la verdad no lo habia pensado irene ya va hacer 14 meses y llevamos unas semanas que esta insoportable incluso por las noches, muchas gracias por los consejos. besos
ResponderEliminarMuy buena la explicacion!! tambien estamos atravesando esa etapa...y vaya q es dura!!!
ResponderEliminarEs muy difícil sobre todo cuando hay otro hijo sólo un poco mayor que también requiere atención y un padre con poca presencia
ResponderEliminarMi bebé de 8meses y 2sem. esta pasando por eso.Hay personas sercanas a mi me dicen que mi bebé esta engreída y muy mal acostumbrada a mi y que eso es malo. Yo les contestó que eso no es malo y no esta engreida; simplemente la bebe esta pasando por una etapa de vida y que muy pronto le pasará. Que mucho hablan las personas sin saber.
ResponderEliminar>;[ Amo mi vida junto a mi bebé y no me molesta que quiera estar con mama siempre. ;) :* <3 <3 <3
Demostrarles que estamos a su lado, que nos tienen cuando nos necesiten y no caer en el error de negarles nuestros brazos solo porque ya es mas mayor...siguen siendo bebés al fin y al cabo...paciencia chicas , como todo acabará pasando y vendrán otras cosas!!
ResponderEliminarLa verdad es que es super difícil! Es agotador pero entiendo q es una etapa..pasa q mi hija desde los 5 meses q se ha vuelto más mamera y ahora en su octavo mes peor! Y no quiere ir con nadie...llora cuando alguien la quiere alzar y la verdad es q lo q más me molesta es q digan q es malcriada o que yo la mal acostumbro...se q hay bebés q pasan esta etapa sin mayores problemas pero cada bebé es diferente y entiendo q hay q superarlo con amor y paciencia.
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