Llevo ya camino de tres años en este mundo bloguero y de
redes sociales. Cuando comencé reconozco que pensé que nadie me leería, que
solo se quedaría en un desahogo para mí. Pero pronto comencé a conocer todo un
mundo ante mí que no tenía ni idea que existía, una tribu maternal enorme donde
madres de todos los rincones del planeta también comparten sus ideales, sus
experiencias y su sabiduría y sobre todo, donde se apoyan las unas a las otras
en todo lo que proyectan y sacan adelante así como en sus maternidades.
Al principio me sentí un poco desplazada, pero no por ellas,
sino por mí misma, que había estado acostumbrada, después de sufrir bullying
durante mis últimos años en un instituto donde solo tenía compañeras, a que
ninguna o casi ninguna chica me apoyara, me escuchara de corazón y quisiera
ayudarme. Sentía miedo de meter la cabeza en medio de esa tribu y decir ¡eh,
que estoy aquí, que soy una más de vosotras! por miedo al rechazo que tantas
veces había sufrido anteriormente.
Pero no, no solo no me rechazaron sino que, hasta esas a las
que sentía demasiado “importantes” para que se acercaran a mí, me acogieron y
que aceptaron como una más, una mujer y madre más que lucha por un mundo mejor
para nuestros hijos.
Esas mujeres y madres me han aportado y enseñado muchas
cosas maravillosas en estos años. A través de sus publicaciones, de sus
palabras, de sus proyectos, de sus consejos y palabras de ánimo cuando las he
necesitado, a través de su perseverancia y de su fuerza para cumplir todo lo
que se proponen. A todas ellas (no las nombro una a una porque seguro que se
haría esto demasiado largo y me dejaría a gente fuera) les tengo un enorme
afecto, ya las conozca personalmente o tan solo a través de las redes, ya haya
hablado con ellas mil veces en privado o solo me haya nutrido de sus blogs, de
sus webs y de toda esa sabiduría que me han transmitido.
Estas mujeres sacan a sus familias adelante a la vez que
concilian y trabajan en lo que realmente les hace disfrutar, luchan por
conseguirlo y os aseguro que no es nada sencillo en un mundo rodeado aun de
patriarcado, de envidias insanas y de
mala sangre…
Tienen proyectos y trabajos bellísimos, donde siempre reina
el amor por nuestros hijos, por los niños en general y por nosotras mismas y
nuestras familias, proyectos que ayudan infinitamente a quienes se dejan ayudar
y abren sus mentes al mundo, a todas esas mujeres y madres, padres, a
educadores y familias que necesitan encontrar otro modo de ver el mundo, la
crianza, la educación y la pedagogía, que se niegan a conformarse con los
límites que esta sociedad ha establecido y que buscan algo mejor. Y ellas,
estas mujeres y madres y también más de un papá, nos ayudan a encontrar esa
otra salida que buscamos, a descubrir que el cambio si es posible si nos lo
proponemos, que podemos conseguir cambiar la forma de hacer las cosas y que si
es posible un mundo mejor para nuestros hijos y para nuestras familias
incluidas nosotras mismas.
Estas mujeres son madres, madres emprendedoras que tienen
familia y dedican muchas horas al día para poder sacar adelante esos proyectos,
para hacer realidad ese cambio en la crianza, en la educación y en la
conciliación laboral y familiar que tanto buscamos, para ayudar y responder a
todas las personas que las reclaman y que buscan algo mejor para sus hijos. Lo
hacen por sus hijos, pero también por toda la sociedad. Y para sacar a su
familia adelante también, por supuesto.
Estas mujeres y madres TRABAJAN. Por ello es lógico que
cobren por su trabajo, sea el que sea, siempre y cuando estén aportando algo
positivo a otras personas. Así que no es de locos pensar que ese trabajo con el
que tanto disfrutan aportando mil cosas buenas a los demás deba ser
recompensado económicamente. ¿A ti te pagan por tu trabajo?. Ellas, nosotras, también
nos merecemos llevar dinero a casa a cambio de nuestro esfuerzo y trabajo.
Y por ahí las denuncian, las denigran, las insultan, se
mofan de ellas, las culpan de “vender humo” y las critican en mil sitios. Y lo
peor de todo es que son las propias mujeres las que hacen todo esto, otras
mujeres y madres como ellas que en vez de abrir sus mentes y su corazón,
empatizar con ellas como madres de familia que son prefieren desahogarse dañándolas
y hundiéndolas.
Y la verdad, no puedo llegar a comprender lo que mueve a
estas personas para querer hacer daño a otras mujeres que intentan ganarse la vida
honradamente. Supongo que algunas no tendrán otra cosa mejor que hacer en sus
vidas, otras sentirán envidia malsana por no poder o no querer hacer lo mismo y
otras, quizá se sientan amenazadas o sientan amenazados sus propios proyectos
por los de estas madres emprendedoras.
Y digo yo, que he tenido negocios, a pie de calle, con un
montón de competencia alrededor y como trabajadora en RRHH, que estas mujeres, siempre
que esa competencia no sea desleal como es el caso, en vez de sentirse
atacadas, deberían ver esa “competencia” no como tal, sino como una gran
oportunidad para innovar, para mejorar, para reciclarse y ofrecer más y mejores
servicios y no para hacer daño al prójimo.
No sé en qué momento hemos perdido el norte, en qué momento decidimos competir en lugar de compartir pero estamos llegando a limites muy insanos para todos y en especial para las mujeres.
Toda una vida de lucha de las mujeres por conciliar, por
estar con nuestros hijos, por ofrecerles una vida y un futuro mejor y ahora
resulta que en vez de unirnos en esta lucha algunas, demasiadas mujeres no nos
dejan prosperar… y se hundan ellas mismas en su propio odio, envidias o
incomprensión, así poco y mal avanzaremos, muy triste todo…
Porque trabajas des del amor es que has conseguido lo que has conseguido.... sigue así!! y que no te metan en ese mar de M.....
ResponderEliminarun beso de corazón
Aqui aplica el de si no podemos decir nada bueno mejor quedarnos calladas. Muy interesante tu reflexión
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu post! Seguiré leyendo el blogs! Las mujeres somos víctimas y verdugos... Y ya tenemos en contra muchas cosas para seguir en este plan.. Jeje
ResponderEliminar¿Holaaaaa? No entiendo nada!! ¿Dices que por ser mujer ó madre hemos de estar de acuerdo de todo? ¿No se puede criticar algo que simplemente no nos gusta o con lo que no estamos de acuerdo? ¿No ves capacitadas a las mujeres o madres para aceptar críticas sin ir de pobrecitas? y escribes <...Supongo que algunas no tendrán otra cosa mejor que hacer en sus vidas, otras sentirán envidia malsana por no poder o no querer hacer lo mismo y otras, quizá se sientan amenazadas o sientan amenazados sus propios proyectos por los de estas madres emprendedoras.>¿Peeeerdona? sabrás tú lo que hace cada un@con su vida. por qué no simplemente aceptas que no todas las personas del planeta comparten tus gustos y opiniones?? veo una prepotencia desmesurada en tus palabras. Antes de dar tanto consejo míratelo... Saludos!!
ResponderEliminarNuri y Anónimo,cada cual puede tener su propia opinión y decirla si así le apetece, lo que no es lógico ni está bien es burlarse abiertamente del trabajo de los demás, denigrar,insultar e incluso denunciar ese trabajo....
ResponderEliminarPuede gustarte sus trabajos o no, lo que no me parece bien ni aceptaré jamás es que se dediquen a hacer daños a estas personas solo porque si, porque no os gusta lo que hacen...si no os gusta no os apunteis, no le deis bombo, decid que no os gusta, pero no haciendo la puñeta y burlandoos, digo yo....