Uno de los problemas que nos encontramos cuando damos de mamar a nuestros hijos por primera vez es cuántas veces debe de tomar pecho para asegurarnos de que están bien alimentados.
Tantas cosas hemos oído hablar y comentar que no sabemos exactamente qué hacer.
Aún a día de hoy muchas personas siguen aplicando el “diez minutos en cada pecho cada cuatro horas”, eso que les hicieron creer a nuestros padres que estaba bien cuando éramos pequeños, y esta práctica no favorece en nada a la lactancia materna.
La OMS aconseja que el bebé se alimente exclusivamente de leche materna hasta los seis meses y que ésta se mantenga al menos hasta los dos años de edad acompañándola de otros alimentos. Y siempre, siempre, que esa lactancia sea a demanda.
Y aquí está la confusión, ¿qué es a demanda?. Pues siempre que el niño quiera o pida y siempre que nosotras le podamos ofrecer. Y ¿cómo sabemos cuándo tenemos que amamantar?, pues, principalmente observando y escuchando a nuestros hijos.
Debemos de confiar más en la capacidad de nuestros bebés por pequeños que sean aunque no hablen aún.
Ellos mejor que nadie saben cuando tienen hambre y cuando no y también cuanta leche necesitan. No se debe poner horarios para dar de mamar y mucho menos contar cuántos minutos toman teta, pues hay niños que maman todo lo que necesitan en dos minutos y otros que necesitan más de esos “diez minutos” para sentirse saciados. Algunos maman un poquito y al poco tiempo quieren más, digamos que se toman un respiro antes de seguir…cada bebé es un mundo y tenemos que dejarnos llevar por ellos.
Si ponemos horarios y contamos minutos será cuando tendremos problemas con su alimentación, así nunca podremos asegurarnos de que come lo que necesita, además de ser muy agotador para nosotras.
En este video, Carlos Gonzalez nos lo explica más claramente.
Cuando di a luz a Alejandro, a pesar de haberme informado todo lo posible y tener clarisimo que le daría de mamar, me inundó un mar de dudas. Como casi todo recién nacido le costó un poco aprender a mamar correctamente y yo estaba horrorizada pensando en que no se estaría alimentando bien. Por suerte, todo el personal sanitario me apoyó y me hizo confiar en mi capacidad y en mi hijo, y en la segunda noche ya mamaba como un campeón, y desde entonces no ha parado.
Dentro de dos semanas cumplirá su primer añito, y aunque es un niño que tiene muy buena boca y come ya de todo su teta no la cambia por nada, y por supuesto, se la sigo dando a demanda. Es verdad que si me pilla en la calle podemos esperar a llegar a casa y cosas así, pues ya es más mayorcito y come otras cosas, pero él decide cuando y cuanto le apetece y si la quiere por hambre o por consuelo y estar con mamá y siempre que puedo le doy su tetita.
Alejandro es un niño sano y muy feliz y estoy convencida de que la lactancia materna tiene mucho que ver.
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