Y es que la locura anti lactancia, y esos ojos sucios de los que grandes nombres como Facebook hacen gala a la hora de censurar la lactancia materna en público llega a tales extremos que son más de 12.000 las madres que pasan por la experiencia de ser arrestadas por algo tan natural como la lactancia materna. Lactancia materna que, en el enésimo despropósito de este mundo, se equipara a situaciones tan parecidas como el top less festivo o playero. Vamos, que es lo mismo enseñar las tetas a cambio de un collar como ocurre en el Mardi Grass que amamantar a un bebe hambriento. Lo que un huevo a una castaña, que se dice por aquí.
Como ya podemos pensar a estar alturas, la vocación de servicio público no es lo único que gobierna esta idea. Ya que aunque el camión va parcialmente disimulado como un típico camión de helados, la presencia de una enorme teta en su techo hace ya ver cual es verdadero objetivo: llamar la atención sobre la imperiosa necesidad de cambiar esos puntos de vista retrógrados que ven suciedad en un acto tan puro como es la lactancia materna. Una presión que está presente en nuestra sociedad, sin importar países y regiones, tal y como recogen los testimonios de las madres, o tal y como ya os conté en este post en el que hasta un extraño se mete en mi lactancia.
El proyecto ha sido desarrollado por Jill Miller, profesora de arte, artista y madre, que a través de la red ha conseguido reunir mas de 15.000 dólares, entre donaciones y algún patrocinio, para poner en marcha este particular proyecto revestido de labor social. Porque además de servir de punto de lactancia móvil también tiene previsto pasar por los centros de trabajo de forma regular permitiendo a las madres que no pueden conciliar trabajo y familia disponer de un lugar adecuado para poder liberarse del yugo del saca leche.
En verdad que si hubiera que darle nombre a ese proyecto, sería el proyecto de la vergüenza. Pero no la vergüenza de las madres que prefieren dar de mamar en privado por serle mas cómodo, ni la vergüenza que tienen que pasar las madres que deciden amamantar en público. No. Hablamos la vergüenza de una sociedad enferma que, en muchas ocasiones, confunde el acto de la lactancia con a saber qué extraño rito vergonzoso de corte erótico- libertino- sexual o vaya usted a saber qué. Esa sociedad que no se extraña de la proliferación sexual de los medios de comunicación pero luego se escandaliza por ver un poro de pecho de una madre lactante. Y esa sociedad que si algo necesita es una buena limpieza…mental.
Como cierre os dejo el video del proyecto de Miller, que a día de hoy ya es una realidad. Esperemos que pronto pueda aparcar su camión porque no sea necesaria su presencia.
Noticia publicada en http://blogs.lainformacion.com/futuretech/2011/09/29/camion-lactancia/ a quien agradecemos su difusión.
Muy triste. Y el k haya hecho el diseño se ha cubierto de gloria
ResponderEliminarSe dice que a grandes males, grandes remedios no? Ojalá no existiera, pero por otro lado me alegra porque es como un gran neon señalando algo que es muy triste y vergonzoso.
ResponderEliminarSaludos!
Patético!
ResponderEliminarsentimientos encontrados al respecto, por un lado me parece triste a lo q se ha llegado porq en usa es una realidad esto. alegria,si porq alguien de alguna forma grita(dudan q este camion sea un grito?)TETA a ver si asi se les quita el miedo. mujeres aplaudamos iniciativas asi, no jusguemos sin saber el motivo es real,no esconde a las madres al contrario las reune y expone, q se nos quite ese miedo a aplaudir y apoyar a otras de nuestro genero
ResponderEliminarA ver, el diseño es horroroso y patético pero la idea en sí me gusta. Me parece triste que la gente se tenga que esconder para dar el pecho pero hay quien quiere esconderse. Yo era de las que buscaba absoluta intimidad y privacidad para dar de mamar así que creo que me hubiera subido al camión sin dudarlo ;-)
ResponderEliminary lo triste es la cantidad de gente que se queja de que las mamás amamanten en publico...
ResponderEliminarLo que hay qué ver... pero he de decir que no me sorprende, por desgracia. La gente ya no demuestra respeto por una madre que amamanta a su hijo y la mira como si estuviera haciendo algo obsceno. El otro día, sin ir más lejos, el tío de mi marido, me dijo, mientras estábamos en un restaurante y yo me había apartado un poco para dar el pecho, que era una escándalosa... así... menos mal que mi marido le supo contestar: "No comes tú en público? Pues mi hijo también tiene el mismo derecho que tú... En fin...
ResponderEliminarLo que espero es que los demás países no copien esta absurda idea.
Un besazo guapa y gracias por compartir esto!
El diseño la verdad es que es horroroso... No deja de ser una sala de lactancia como las que hay en los centros comerciales pero con ruedas jeje
ResponderEliminarLo que es triste es que exista porque esté prohibido amamantar en público...
muy cierto todo lo que dice la nota.
ResponderEliminarQUE VERGUENZA!!!! NO PUEDO CREERLO. A mi no me va ni me viene, amamanto donde sea que mi hijo quiera.
ResponderEliminarLo deberian usar sobretodo para avergonzar al comercio donde hayan echado a la mamá y a su bebé. No para encerrarlas dentro. Seria un poco como el cobrador del frac pero con tetas. Original y anarquico hacia la sociedad que no esta preparada para algo tan natual como comer y respirar.
ResponderEliminar