Google+ Lactando amando. Crianza feliz.: Una triste historia de violencia doméstica (1ª parte)

martes, 3 de junio de 2014

Una triste historia de violencia doméstica (1ª parte)

En este blog no suelo hablar de estas cosas pero este caso merece la pena. Violencia doméstica, maltrato...maltrato sutil que en millones de ocasiones pasa desapercibido o nadie le da la importancia que realmente tiene.

Paso a relataros una historia realmente dura de violencia doméstica:

María llega a casa, acompañada de la chica que le limpia, muy disgustada porque ha discutido con una de sus mejores amigas. La chica que cuida la casa se pone a limpiar acelerada así que María la deja trabajar y no le cuenta nada de lo ocurrido.
Llora, se siente triste, mal, quizá hubiera tenido que hacerlo de otra forma…las amigas se perdonan. Se siente tan mal que está deseando que llegue a casa Pepe, que vuelve del trabajo a eso de las dos, para contarle todo lo que le ha sucedido con su amiga, para pedirle consejo y sobre todo para sentir consuelo y cariño a su lado, en los brazos de Pepe, el amor de su vida.


Pepe llega a casa, cansado de trabajar, con un mosqueo de mil demonios porque su jefe hoy le ha llamado la atención por la falta de eficacia de su grupo de trabajo. Solo quiere llegar a casa, comer y descansar.
María, tras servir la comida y mientras comen le comienza a contar a Pepe qué le ha sucedido pero este le corta de raíz y le dice que no le apetece escucharla, que está cansado, enfadado con su jefe y que lo que menos le apetece ahora es escuchar tonterías de chicas.

María se siente mal, no se siente escuchada, claro está.  Se levanta, va hacia Pepe buscando al menos sus brazos, un abrazo, un beso. Pepe la aparta y le dice que ahora no le apetece abrazarla, que está cansado, le da un beso de medio lado y de malas ganas y la invita a que sigan comiendo tranquilos. María una vez más se siente rechazada por el hombre que es el amor de su vida, de toda su vida, no puede creer que la esté rechazando así, -él debe sentirse muy mal para hacerlo-piensa, por lo que intenta de nuevo abrazarlo para animarlo a él también.
Esta vez Pepe no es tan suave, se levanta de golpe de la silla, le pega un grito y le dice que lo deje en paz, que no tiene gana de que lo moleste más, que quiere comer tranquilo y descansar.

María, ya desesperada y tremendamente triste por la reacción de Pepe se echa a llorar, no lo puede remediar, sale enfadada y triste del comedor y se va a su cama a llorar tranquila.
Pepe, lejos de compadecerse de ella se parte de risa y le dice bien alto para que la escuche: –¡Llora, llora, que así se te expanden bien esos pulmones que tienes, como me decía mi madre!-

Mientras María llora en la cama a Pepe lo llaman al móvil, es Eva, su compañera de trabajo. Mientras habla con ella le cuenta lo que ha ocurrido en casa. Él que estaba comiendo tan tranquilo y María llegó a joderle la comida con sus tonterías.
-Lo que le ha pasado es una bobada y ella tiene que aprender a resolver sus propios problemas- le dice a Eva. –Es que no comprende que vengo cansado de trabajar, que necesito paz, no escuchar sus problemas y encima tener que consolarla por gilipolleces de tías- le sigue contando. –Y para colmo la muy estúpida se pone a llorar como una niña malcriada solo porque no le doy lo que ella quiere, ya es mayorcita, que llore, así aprenderá-

Además Pepe se muestra demasiado cariñoso con Eva, a quien llama “cariño”, “mi vida” y otras lindezas durante la conversación.

Aunque María está en el dormitorio ha escuchado toda la conversación que Pepe mantenía en el comedor. Ya no puede más, ¿por qué le hace esto?, ella lo quiere con todo su corazón, se siente muy enamorada de él, intenta hacerlo lo mejor que puede y así se lo paga, ignorándola, ridiculizándola, ignorando su dolor y contado sus penurias a otra chica y para colmo engañándola con ella, siendo infiel a sus sentimientos. Así que, muy enfadada, decide salir y pedirle explicaciones.

Cuando María pide explicaciones a Pepe este le grita que ella no tiene ningún derecho a meterse en la conversación, que se vaya o sufrirá las consecuencias, que él habla con quien le da la gana y lo que quiere. María le echa en cara no solo que hable de ella con tanto desprecio sino que trate a la otra chica con tanto cariño…le pregunta abiertamente que si hay algo más entre ellos dos.

Pepe se ríe durante un momento, se queda en silencio mientras la mira y mueve la cabeza a modo de desaprobación y finalmente le dice:

 -¿sabes?, la quiero más que a ti, porque tú no te comportas como debes, tú no me haces feliz con tus actos, me molestas, me interrumpes, eres pesada con tanto cariñito a todas horas y sobre todo, me desobedeces constantemente. Eres mi chica, deberías haberme hecho caso cuando te ordené que hicieras algo, ahora me he buscado a otra chica que me quiera más que tú y a la que yo quiero más-.

María vuelve a echarse a llorar, se siente tremendamente mal, triste, hundida, decepcionada e incluso Pepe ha conseguido que María se sienta un poco culpable de todo lo que le está pasando. Se pregunta si Pepe no llevará razón, si no será ella la culpable de todo, si sus problemas son tonterías, si debe pedir perdón a Pepe por lo ocurrido, lo quiere demasiado como para dejarlo ir, es el amor de su vida, necesita recuperar su amor para sentirse feliz.

Mientras María llora y recapacita, mientras piensa en lo ocurrido, Pepe está en el salón viendo la tele tan pancho, riéndose a carcajadas con su programa favorito antes de irse a trabajar de nuevo. Esto a María le duele mucho, ignorarla, ignorar su dolor, es una de las cosas que más daño le hace, pero como está convencida de que la culpable de todo lo ocurrido es ella y se merece el castigo decide ir a pedir perdón a Pepe antes de que se marche a trabajar.

Se seca las lágrimas, pone su mejor sonrisa y corre hacia el salón dispuesta a pedir perdón a Pepe pues necesita sentir su cariño y aprobación de nuevo.
Por el camino, como está muy nerviosa, tropieza sin querer con el aparador donde Pepe dejó el móvil cuando terminó de hablar con Eva y se le cae al suelo. El móvil se abre y se sale la batería, se oye un gran golpe.

Pepe se le levanta de un salto del sofá y va hacia donde está María, intentando recomponer de nuevo el móvil. 
Al ver lo ocurrido Pepe se cabrea muchísimo, le grita a María que es una inútil, que no vuelva a tocar su móvil, que se lo dé, ya lo montará él pues ella solo puede romperlo del todo con esas manazas torpes que tiene. María insiste en ayudarlo a montar de nuevo el móvil y Pepe, lleno de ira, le propina un bofetón en plena cara a María.
-¿Ves lo que ha pasado?, eso querías ¿verdad?, parece que eso necesitas, solo aprendes con hostias, un buen bofetón como este a tiempo te tendría que haber dado hoy antes de que liaras todo esto- le grita Pepe a María.
María, sentada aún en el suelo llora desconsoladamente, se siente abandonada, sola, inútil, culpable una vez más.

Mientras Pepe se prepara para ir al trabajo de nuevo, este piensa que María ya ha tenido suficiente por hoy y siente lástima por ella al verla llorar tanto. 
Va hacía ella, la ayuda a levantarse del suelo, la abraza, le da un beso en la frente y le dice: -¿ves lo que ha pasado querida?, todo por no hacerme caso desde un principio…a veces tengo que darte un cachete o un bofetón para que aprendas lo que está bien y lo que está mal, para que aprendas a obedecerme, ¿cómo si no ibas a aprender?, por eso, créeme, me duele más a mí que a ti, lo hago por tu bien.-

Tras estas palabras Pepe se marcha al trabajo y María vuelve a sentirse contenta pues de nuevo tiene lo que llevaba todo el día buscando, la aprobación de Pepe, el amor de su vida. Ha aprendido la lección, debe obedecer, debe rendirle sumisión a Pepe, él manda, ella no.

Este caso de maltrato, de violencia doméstica es tremendamente triste y por desgracia es la realidad que viven día a día muchas familias en el mundo. 
María está sometida a Pepe, cree de verdad que ella es la culpable de todos los enfados de Pepe, lo quiere con locura por lo que siempre hará lo que él le diga por miedo a los castigos físicos y psicológicos, a las represalias. 
Es su pan del día a día, Pepe tiene días mejores en las que no le da un bofetón  e incluso le demuestra su cariño y está a su lado, pero otros serán así, siempre. 
María no ha denunciado esto, nadie conoce su situación, los vecinos escuchan y callan, nadie se apiada de ella, ni los pocos que conocen su caso, pues todos piensan que Pepe, realmente, lo hace por su bien.

Horrible ¿verdad?, nadie tiene derecho a tratar a una mujer como lo hace Pepe…
Pepe, sin duda, es un maltratador, seguro que estás de acuerdo conmigo.


¿Y si ahora te digo que María no es la mujer de Pepe sino su hija de seis años?. 
¿Sigues pensando lo mismo de Pepe?.

3 comentarios:

  1. Supongo que Pepe es un padre maltratador, y esa niña de 6 años sufre más que si fuera la esposa, porque no tiene elección y porque este maltrato está marcando el resto de su vida, que recién comienza... que pena, pero pasa, todos los días.

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  2. Muy triste y lo peor es que pasa constantemente como si fuese normal incluso lo correcto para su educación

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  3. hola muy triste este caso de maltrato a maria

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