El #8jencasa. Nuestra experiencia a distancia.

Obviamente pasar el #8Jencasa no es lo mismo que vivirlo in situ.  No ves en vivo a las mamis buscar un enchufe como oasis en el desierto, ni tiritar de frío con el aire acondicionado siberiano. Y por desgracia tampoco tienes la ocasión de ver en persona a muchas de esas madres que igual te hubiera gustado ver y desvirtualizar más allá de la red. La verdad es que me hubiera encantado poder conocer a muchas de ellas personalmente y darles un buen abrazo…

Sin embargo el #8jencasa también tiene algunas ventajas. Como no tener que preocuparte de viajes, de modelitos y estilismos o de como apañarte con los niños, comer con normalidad...De hecho buena parte de la jornada me la pasé dándole teta a Ángela mientras iba viendo taller tras taller. 

Por no hablar del ambiente tan sumamente divertido que tanto las propias madres asistentes, como las demás madres del #8jencasa vivimos en Twitter, entre las opiniones serias a las bromas y los chascarrillos. Quizás la forma de estar más cerca aun en la distancia.

Así que entre teta y teta, y entre tweet y tweet  iba pasando la jornada. Jornada desde luego interesante, en la cual recordamos muchas cosas que ya sabíamos (y que se nos olvidan) y otras muchas cosas nuevas más que interesantes..

Por cierto, en este momento es posible que haya alguien preguntándose “¿que es eso del #8J?”… pues para responderos os diré que el 8J ha sido una gran reunión de madres blogueras organizada por la web de Madresfera y que se celebro en Madrid el pasado 8 de Junio (de aquí lo de 8J). En este evento las madres blogueras y profesionales de diversos ámbitos compartieron experiencias y conocimientos. Una experiencia que por diversos motivos, me quedaba demasiado lejos para acudir.

Extraer un solo taller o una sola enseñanza es casi imposible y aparte tampoco resultaría del todo justo pues el trabajo de los ponentes fue de tal nivel que casi cuesta trabajo destacar a alguien sobre el resto. Así que lo que me ha quedado de este #8J ha sido trabajo. Mucho trabajo.

Trabajo, por un lado, para darle (de una vez por todas) el lavado de cara que llevo tiempo queriendo darle al blog para que deje de atufar a plantilla de andar por casa y tenga un mejor aspecto.

Trabajo también para el contenido, que en los últimos tiempos es cierto que es algo que no he podido atender tanto como me hubiera gustado por los evidentes motivos de tiempo. Y que la peque es muy demandante como es su deber de recién nacida y el mayor también quiere su parte. Así que será cuestión de ponerse en faena y organizarse.

Aún más trabajo para seguir protegiendo a los míos de los riesgos de la red. Aquí, por suerte, cuento con la gran ayuda de la otra parte de Lactando Amando (mi marido) quien también ha dado todo tipo de charlas de seguridad en la red. Pero eso no quita que siempre se aprenda algo nuevo de cada experiencia.

Y también trabajo para relacionarse de otra forma con las marcas y con esos planteamientos comerciales nulos, insípidos y tan poco emocionantes que suelen ofrecer. Esos que demuestran lo que “le interesamos” a las empresas.

Me dejo muchas más cosas, pero si tuviera que ponerlas todas más que un post tendría un libro entero, que es lo que esta experiencia se merece. 

Por eso prefiero quedarme con la experiencia y espero que, la próxima vez, pueda estar presente y no tenga que vivirlo desde la distancia. En 2014 lo sabremos.